Tuesday, July 04, 2006

Este indiscreto ego inocente

Le he dicho a mi hermano que haga desaparecer el solitario del computador. Siempre que tengo que hacer algo, en vez de hacerlo me pongo a jugar a las cartas irresponsablemente. Debe ser una nueva conducta compulsiva adquirida bajo el regimen de la cesantía. Y no hay más culpables que yo y mis costumbres adictivas. Entre ellas: ver mucha tele, ordenar y desordenar constantemente y una larga serie de actividades dispersas para evitar hacer lo que corresponde, que es ser útil a la sociedad???

Pero todo eso tiene su gracia. Del ocio nace la creatividad, y aunque de momento lo único concreto ha sido hacerse un humilde blog, hay cosas más grandes en mente, como el largometraje que empezamos a escribir con la Gaby y los cortos que son tareas para el curso de guion. Si ahora estuviera ocupada siendo la asistente de producción de algún canal improductivo (creo que lo digo por Artv) o la relacionadora pública de una sucia empresa, simplemente ya me habría tirado al círculo vicioso del trabajo remunerado, y no tendría todo este preciado tiempo para no hacer nada. Y de verdad lo valoro, aunque a veces me haga sentir inútil.

Y no estoy desesperada, sino más bien relajada. El sábado nos fuimos a Zapallar con el grupo departamento y volví el martes. Todo por la libertad de la cesantía. Hicimos paseos por playas y pueblos, vimos películas y conocimos a nuestro compañero Jaime en la acción de un lunes cualquiera. Hasta nos presentó al alcalde de La Ligua y nos llevó a tomar un grato café.

Total que este tiempo me sirve para ponerme en campaña y empezar a contar historias, como todas las historias mínimas que a veces insinúo aquí. Dicen que para escribir hay que ser obsesionado, así que el proceso debe empezar por reconocer estas obsesiones. Recuerdo a los profes que tuve de escritura, ya sea de dramaturgia o cine, y siempre había alguno que se pegaba con un concepto y rayaba con alguna obra en particular. Gregory Cohen supo explicar todas sus teorías con Psicosis. Marco Antonio de la Parra con Barton Fink. Benito Escóbar creo que con el jazz, y ahora Galemiri con el ego. Entre todos ellos se reconoce un patrón, como que hablaran de lo mismo a su manera, incluso desacreditando a la forma de explicar de los otros. Por ejemplo Escóbar nos dijo que olvidáramos todo lo que nos dijo Parra sobre el equilibrio precario, que era el concepto clave y casi de lo único que nos habló. Ahora quiero asimilar todos esos discursos para convertirme en la obsesión de alguna clase. Sólo me falta empezar, y de verdad estoy delirando en este equilibrio de precariedades. Quizá es por eso que siempre termino jugando solitario, y mientras lo hago hoy recuerdo
esta entrevista de hace dos años que personalmente le hice al maestro actual que espero que me saque de la sequía creativa.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

También se es muy útil a la sociedad mirándola críticamente,
ácidamente, incluso con humor.
Aunque nadie esté dispuesto a pagar por eso. O al menos no mientras no seas famosa.

Quedamos a la espera que, emulando a tus maestros, nos presentes tu propia fijación.

6:47 PM  

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