Una palta de respeto
Esto pasó hace poco. Llegando a una esquina, donde justo me toca el semáforo rojo, el team Palta Hass me sorprende con una campaña de gran despliegue: un tipo disfrazado de palta se tira sobre mi auto y le empiezan a tomar fotos. Otro que se sobrepone la imagen de Fernando González de la cintura para arriba intenta algo de protagonismo, pero mientras las promotoras entregan una muestra del producto, el hombre palta sigue groseramente golpeando los vidrios de los automovilistas.
Por otra parte, en los mismos tiempos de la palta, yo preparaba mi campaña de visita colectiva al cerro San Cristóbal, con invitación vía mail y demases. Finalmente mi único convocado llegó en familia, lo cual resultó quizá mejor que la actividad inicial, pero que nadie respondiera me pareció una falta de respeto. Bueno, olvidé que uno se justificó diciendo que no quería ir donde se junta “la gentuza”. A todos aquellos, que se vayan a la punta del cerro. Y a la familia que me acogió ese día, espero ser una hija adoptiva en próximos paseos por el gran Santiago.
Y la actividad promocionada aquí recientemente estuvo entretenida. El día poco primaveral y los casi 30 que llegaron apenas se sabían la letra. Yo le propondría a los organizadores que cambiaran la canción para renovar el ciclo. Una en castellano, onda “Color esperanza” de Diego Torres, o “Mariposa tecnicolor” de Fito. No invalido el himno de Michael Jackson, pues para ser el día de la raza, él ha pasado por diversidad de identidades: de negro a blanco, de niño explotado a pedófilo, de hombre universal a incógnito travestido. No sé, como que sus méritos ya no me inspiran respeto y siento que el 12 de octubre es más un día para los latinoamericanos. Quizá hacer una votación entre los habituales. Pero a mí ya me aburriría cantar de nuevo “We are the World”. Con todo esto en la licuadora creativa de mi cabeza cesante, se me ocurre algo muy bizarro: Toda la gentuza disfrazada de palta Hass, afuera de La Moneda, cantando uno de los himnos propuestos. Piénsenlo. Aunque con el dudoso poder de convocatoria de mis ideas, quizá no sea bueno. Fotitos en el blog de malayo (con fechas cercanas al 12 de octubre).
Por otra parte, en los mismos tiempos de la palta, yo preparaba mi campaña de visita colectiva al cerro San Cristóbal, con invitación vía mail y demases. Finalmente mi único convocado llegó en familia, lo cual resultó quizá mejor que la actividad inicial, pero que nadie respondiera me pareció una falta de respeto. Bueno, olvidé que uno se justificó diciendo que no quería ir donde se junta “la gentuza”. A todos aquellos, que se vayan a la punta del cerro. Y a la familia que me acogió ese día, espero ser una hija adoptiva en próximos paseos por el gran Santiago.
Y la actividad promocionada aquí recientemente estuvo entretenida. El día poco primaveral y los casi 30 que llegaron apenas se sabían la letra. Yo le propondría a los organizadores que cambiaran la canción para renovar el ciclo. Una en castellano, onda “Color esperanza” de Diego Torres, o “Mariposa tecnicolor” de Fito. No invalido el himno de Michael Jackson, pues para ser el día de la raza, él ha pasado por diversidad de identidades: de negro a blanco, de niño explotado a pedófilo, de hombre universal a incógnito travestido. No sé, como que sus méritos ya no me inspiran respeto y siento que el 12 de octubre es más un día para los latinoamericanos. Quizá hacer una votación entre los habituales. Pero a mí ya me aburriría cantar de nuevo “We are the World”. Con todo esto en la licuadora creativa de mi cabeza cesante, se me ocurre algo muy bizarro: Toda la gentuza disfrazada de palta Hass, afuera de La Moneda, cantando uno de los himnos propuestos. Piénsenlo. Aunque con el dudoso poder de convocatoria de mis ideas, quizá no sea bueno. Fotitos en el blog de malayo (con fechas cercanas al 12 de octubre).
2 Comments:
jajajaja
canciones como "que culpa tiene la palta..."
Saludos de Illini
Que buena!!!, que ganas de haber estado cantando esa pelotudes!!!, las fotos estân buenîsimas...
un abrazo!
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