Los famosos también bailan
Una vez la hermana de la Pame estaba en La Batuta y vio que un tipo solitario y muy guapo se movía cerca de ella. Todos lo miraban por su extremo parecido a Gael García pero sólo ella fue y le preguntó si realmente era el actor mexicano. Roto ese hielo mucha gente se le acercó y Gael terminó haciéndole honor a la fama del local saliendo de ahí con alguna groupie ondera.
La Batuta tiene eso, y quizá de hecho sea su gracia. Bueno, también están los grupos y la música, pero reconozcámoslo, su estatus de elite alternativa se la aporta el hecho de que uno se puede encontrar con gente top. Los famosillos tienen pase liberado, y los que somos del pueblo por lo general tenemos que pagar, estar en la lista o si eres mujer a veces te encuentras con el beneficio de gratuidad hasta la medianoche. Por suerte anoche entramos gratis como los famosos, con el derecho a mirar y quedarse en el pasillo ya que si te quedas bailando, al poco tiempo el aire se hace irrespirable y el deporte de pegarse codazos empieza a dejar moretones.
Así que fue en el pasillo donde lo ví. Pensaba en su gran parecido al protagonista de esa película que nos repetíamos por, al menos, tercera vez hace unas semanas. Sin creer en mi don de encontrar parecidos no le comenté a nadie más, hasta comprobar que era el mismísimo.
Si digo Guillermo Toledo es probable que nadie piense en “alguien”, pero si digo que es el actor de Crimen Ferpecto, el tipo es un maestro. Al menos para mí. Así que decididamente pensé en preguntarle que hacía aquí en Chile y se me dejaba hacerle una entrevista. También pregunté a todos mis conocidos si tenían un celular con cámara para la talla de una foto en msn. La cosa es que me empecé a entusiasmar pensando en mi hito periodístico espontáneo, de esos que uno hace sólo porque sería divertido, o como me decía el Alexis, materia de blog.
La Batuta tiene eso, y quizá de hecho sea su gracia. Bueno, también están los grupos y la música, pero reconozcámoslo, su estatus de elite alternativa se la aporta el hecho de que uno se puede encontrar con gente top. Los famosillos tienen pase liberado, y los que somos del pueblo por lo general tenemos que pagar, estar en la lista o si eres mujer a veces te encuentras con el beneficio de gratuidad hasta la medianoche. Por suerte anoche entramos gratis como los famosos, con el derecho a mirar y quedarse en el pasillo ya que si te quedas bailando, al poco tiempo el aire se hace irrespirable y el deporte de pegarse codazos empieza a dejar moretones.
Así que fue en el pasillo donde lo ví. Pensaba en su gran parecido al protagonista de esa película que nos repetíamos por, al menos, tercera vez hace unas semanas. Sin creer en mi don de encontrar parecidos no le comenté a nadie más, hasta comprobar que era el mismísimo.
Si digo Guillermo Toledo es probable que nadie piense en “alguien”, pero si digo que es el actor de Crimen Ferpecto, el tipo es un maestro. Al menos para mí. Así que decididamente pensé en preguntarle que hacía aquí en Chile y se me dejaba hacerle una entrevista. También pregunté a todos mis conocidos si tenían un celular con cámara para la talla de una foto en msn. La cosa es que me empecé a entusiasmar pensando en mi hito periodístico espontáneo, de esos que uno hace sólo porque sería divertido, o como me decía el Alexis, materia de blog.
Lo que siguió fue el síndrome de los nervios, de esos como cuando te gusta mucho alguien y no puedes hacer nada más que pensar en acercarte y nunca atreverse a hacerlo. Incluso me preguntaba si me veía bien o, para mal, como la protagonista de Crimen Ferpecto. Esperé que el tipo saliera de la pista de baile y me senté a su lado en el bar. Lo toqué varias veces pero él estaba en una situación romántica que me disgustaba interrumpir. Cada vez más nerviosa y expectante de una afirmativa (llegué a sentirme algo esecupé) lo golpeé más fuerte en el hombro y le pregunté, claro, si efectivamente era él, que qué hacía en Chile y si tendría tiempo para alguna entrevista para un medio bla bla bla. Aunque me dijo que no, fue muy simpático y me despedí de beso, roja pero orgullosa, ridícula pero feliz. Finalmente hice alarde de mi ignorancia periodística de no saber que él estaba aquí evidentemente debido a que en Chile tenemos a Nicolás López, y que al decir “Adivina con qué actor internacional me encontré en La Batuta” me respondieran “Adrien Brody” (El pianista).
Sin duda una experiencia límite, muy imperfecta, y si bien hay una lista de por lo menos 20 famosos que me gustaría ver antes que a este español, fue bacán para una cinerdfila como yo y que muy a lo Flanders exclama hoy: Ferpectirijillo.
6 Comments:
Que pena que no lo pudistes entrevistar y sacarle fotos.. jejeje..
Buena...
Saludos del sur
Nice! de lo que me perdí...
Guá no te creo.
Jajajá
Saludos.
PS: La Batuta debiera crecer. Pero si crece, perdería encanto. ¿No quedará más que ahogarse?
No!
no puedes pensar así. me niego
Es cosa de buscar
la otra vez en el restaurant chino que está pareado a mi casa, estaban grabando un capitulo de la vida es una lotería, donde estaba el pelado veneas y varios mas de la tele. jaja Eso es lo más cerca q he estado de los famosos en el ultimo tiempo
No te rías de mí Bravo, sabes que no hay comparación.
Y acuérdate que tu viste a Cindy Crawford, ya que le fascina Ripley. Otro día hablaré de otros encuentros casuales con famosos.
Quién es ese Pelao?
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