Sobre departamentos ideales y signos zodiacales
Lo perdí. Era perfecto y lo perdí.
Hablo de un departamento en Plaza Ñuñoa que quería arrendar junto a mi amigo Sebastián. Estaba pintado para nosotros, que somos de nacionalidad ñuñoína. Era un oasis en medio de lo taquilla de los departamentos nuevos (de esos con nombres como Bachelor: Luxury singles apartments). Sin gastos comunes. Muy luminoso. Barato. Me imaginaba habitándolo, viviéndolo, poniéndole flores, decorándolo hippie, haciendo vida de patanes invitando amigos a “el departamento de plaza Ñuñork”, en fin, de verdad me había enamorado de él. Quedé tan entusiasmada que no quise ver nada más.
Muy ilusa pensé que sólo deseándolo lo conseguiría. Esa noche casi ni pude dormir soñando felices situaciones cotidianas. Entonces llamé a primera hora del lunes, pensando que la corredora se lo adjudicaría a la primera persona que lo deseaba. Pero pedían la famosa ficha para postularse, y ahí no pasé la prueba. La hice a nombre de mi madre, con aval y todo para ganármelo. ¿Cuáles serán los criterios para ser elegido entre varias fichas que cumplen con todo? Así que me piqué, o en realidad me apené, mucho. Me hubiera gustado poner en la ficha todo el valor emotivo que para mí tenía el departamento, contar que mi colegio estaba a solo unos metros (ahora hay un feo edificio ahí), que me imaginaba dándole toda una vida... pero este sistema, filtrado por malditos corredores que te contestan todo exclusivos y pesados por teléfono porque tienen oficina en Las Condes, mmm, la verdad es que desde un principio no me dieron buena espina... Total que la Romi contaba el otro día que tuvo una entrevista y que le preguntaron por su signo. En esa empresa no contrataban escorpiones, y si bien ella es una piscis, se lo ganó una compañera de generación que “tenía más experiencia” (supongo que no era escorpión).
Ahora con el Sebastián, quien ya es un personaje de este blog, no sólo por lo de Pampita, sino por su parecido a Luciano Cruz Coke, de Se arrienda, que en la película es un músico del conservatorio, al igual que él, pero que trabaja de corredor, y no fue capaz de conseguirnos el deptito perfecto de Plaza Ñuñoa. Quizá porque él es virgo, al igual que yo.
Muy ilusa pensé que sólo deseándolo lo conseguiría. Esa noche casi ni pude dormir soñando felices situaciones cotidianas. Entonces llamé a primera hora del lunes, pensando que la corredora se lo adjudicaría a la primera persona que lo deseaba. Pero pedían la famosa ficha para postularse, y ahí no pasé la prueba. La hice a nombre de mi madre, con aval y todo para ganármelo. ¿Cuáles serán los criterios para ser elegido entre varias fichas que cumplen con todo? Así que me piqué, o en realidad me apené, mucho. Me hubiera gustado poner en la ficha todo el valor emotivo que para mí tenía el departamento, contar que mi colegio estaba a solo unos metros (ahora hay un feo edificio ahí), que me imaginaba dándole toda una vida... pero este sistema, filtrado por malditos corredores que te contestan todo exclusivos y pesados por teléfono porque tienen oficina en Las Condes, mmm, la verdad es que desde un principio no me dieron buena espina... Total que la Romi contaba el otro día que tuvo una entrevista y que le preguntaron por su signo. En esa empresa no contrataban escorpiones, y si bien ella es una piscis, se lo ganó una compañera de generación que “tenía más experiencia” (supongo que no era escorpión).
Ahora con el Sebastián, quien ya es un personaje de este blog, no sólo por lo de Pampita, sino por su parecido a Luciano Cruz Coke, de Se arrienda, que en la película es un músico del conservatorio, al igual que él, pero que trabaja de corredor, y no fue capaz de conseguirnos el deptito perfecto de Plaza Ñuñoa. Quizá porque él es virgo, al igual que yo.